Hace un año, por honrosa
distinción de Uds. cuando asumí la presidencia de éste honorable y prestigioso
club,les confieso que lo hice con mucha fe.
Me considero un hombre de
fe, creo en la vida de las personas, en la amistad, en el servicio, por eso
pertenezco a Rotary hace 20 años.
Creo en mi país y en sus
instituciones por eso pertenecí a la ARC por 35 años; incluso llegue a jurar ante la bandera a ofrendar mi vida si fuera
necesario por el bien de mi patria.
Creo en el amor, en el
verdadero amor; amo y soy amado. No en vano también hace 35 años ante el altar
jure amor eterno. Aunque como dice una vieja, hermosa y conocida canción:
Parece que fue ayer.
Pero por sobre todas las
cosas creo en Dios, fuente de lo Divino y lo humano. A ti oh grande y eterno
Dios, Señor del cielo y del abismo, a quien obedecen los vientos y las olas,
van en primera instancia mis más sinceros agradecimientos por darme la oportunidad
de conducir los hilos de éste maravilloso club y de su inigualable gente. Nada
sucede sin tu voluntad Señor, ni siquiera se mueve la hoja de un árbol.
A Maritza, incondicional e
inseparable dueña de mis pensamientos, su piel y sus manos han sido
continuación de las mías, ha llorado mi llanto y gozado mis alegrías; como
siempre, dándole a todos sus actos el especial toque y sello detallista de
distinción, sutileza y elegancia que siempre la ha caracterizado: va para ella
todo mi amor y reconocimiento al igual
que mis agradecimientos. Nuevamente invoco el verso que exprese cuando asumí la
presidencia: No tiene sentido para un marino navegar sin una mujer esperando al
regresar. Me encanta tu voz, tu sonrisa, tu mirada, disfruto siempre tu
presencia aun cuando estas enojada. Te pienso en cada estrella que aparece
cuando amanece y anochece, cuando la luna sale y el sol se mete, cuando la
lluvia cae y desaparece.
A mis hijos: mi chiquitina
del alma y el viejo Andy. Me parece increíble que hace más de 10 años Maritza y
yo tengamos el nido vacío. Hace tiempo el frio de la soledad golpea nuestros
corazones. Partieron a otras latitudes buscando un mejor futuro y consagrarse
como verdaderos ciudadanos de bien; siempre los recordaremos y rezaremos mucho
por ustedes queridos hijitos del alma.
Gratitud inmensa a ustedes
queridos compañeros por depositar en mi su confianza, por sus manifestaciones
de amistad y aprecio, por su colaboración incondicional y respuesta a todas las
actividades que se llevaron a cabo; en especial mi sincero reconocimiento y
agradecimiento a la junta directiva. Su entrega, trabajo y decisión facilitaron
tremendamente la gestión de la presidencia. Con nada podría pagarles su
esfuerzo y dedicación. Si algo destaco de mi presidencia, compañeros, a título
muy personal, fue haber estrechado con Uds. mis lazos de amistad y
compañerismo. Fue un inmenso honor haberles albergado aunque fuera por pocas
horas en el seno de mi hogar. Maritza y yo nos orgullecemos y honramos
habiéndoles abierto las puertas de nuestra casa, con ellas abrimos también
nuestros corazones. Nos sentimos benditos con la compañía de ustedes, su
presencia realza y enaltece cualquier sitio, cualquier espacio, cualquier
lugar.
No fue la excepción nuestro insigne Buque
Gloria al que también enaltecieron con su presencia. No lo digo solo yo, lo
dijo el propio comandante con sus palabras de despedida que algunos de Uds.
escucharon:” señor Almirante: muchas gracias por su visita, fue para mí un
verdadero honor tenerlos a bordo a Ud. y a sus amigos a quienes considero
visitantes ilustres”. A las personas que encontré en ese camino orgulloso les
manifesté que me acompañaban amigos Rotarios y les confieso que si alguien
disfrutó esa actividad, fui Yo. Más que Uds. y más de lo que imaginan simplemente
recordar es vivir, y nuestro Buque Gloria está muy ligado a mi modesta historia
y a la de mi familia. Algo les conté de esto.
El análisis y resultado de
mi gestión se los dejo a uds. queridos compañeros y compañeras. En la Marina
dicen que los tripulantes de una embarcación son los más acreditados para
certificar la destreza e idoneidad de un capitán. Pienso en esa teoría y
también se da en éste escenario. Por eso acepto con humildad el merecido
calificativo que a bien tengan darle a mi gestión. Pero les juro por lo más
sagrado que pese a mis errores, desaciertos y sueños fallidos, puse al servicio
del club todas mis facultades. Me di íntegro, no escatimé el más mínimo
esfuerzo en beneficio de nuestro querido club. Créanme que lo entregó con mucha
tranquilidad de conciencia. No sé si fui un buen capitán, pero si de algo estoy
seguro es de que Uds. fueron excelentes tripulantes.
Queridos compañeros: Milton,
Jazmín, Quique y Gerda su tripulación que navega, que navega raudo y cauteloso
dispuesta a sortear cualquier adversidad, enarbolando 2 grandes banderas de
amistad y servicio, para mí fue un inmenso honor que se hallan abotonado en mi
presidencia; les deseo el mejor de los éxitos y un sinfín de parabienes. Hacen
parte de una excelente tripulación y estoy convencido que el concurso de Uds.
será vital para el engrandecimiento de nuestro club. Muchas gracias por haber
elegido ser Rotarios. Sean Uds. bienvenidos a bordo.
Queridos Fabián y Vicky,
protagonistas de éste sencillo pero significativo acto, al reconocerles el club en pleno sus
virtudes personales y profesionales, su vocación de servicio y ni hablar de su
sentido de amistad y compañerismo, todos nos sentimos profundamente orgullosos
y honrados que sean nuestros presidentes. Van para ti, Fabián mis mejores
deseos de éxito, te reitero mis sentimientos de admiración y aprecio extensivos
a Vicky y Emma Valentina quien merece capítulo aparte en ésta modesta
intervención. Ella, ya es lo más importante para Uds. afortunada y privilegiada
por ser parte de un hogar tan ejemplar y engendrada por dos seres tan
maravillosos como Uds. cuídenla, protéjanla, encomiéndenla al Creador y
disfrútenla; en un abrir y cerrar de ojos les deja el nido vacío. La estancia
de los hijos en el hogar pasa como primavera en flor; la partida de los hijos
va acompañada de tristeza, llanto y sensación de soledad y recuerda Fabián que
el mejor regalo que podrás darle a Emma Valentina será querer mucho a Vicky.
Compañeros, le llegó
nuevamente al barco la hora de partir, el timón va de la mano de uno grande
como Fabián, soltemos amarras, larguemos las velas, la tormenta arrecia, el mar
espera, las estrellas brillan, la mujer que llora, el resplandor afuera, el sol
radiante ilumina la esfera, el NAVIO ROTARIO enarbola su bandera y el Señor
bendiga al que sirviera.
GILBERTO
RENGIFO SANCHEZ
Almirante
en retiro
Presidente
2013-2014
Club
Rotario Barranquilla Centro
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